Pastelitos de Pollo, Bacón y Queso

-Si los haces de tamaño grande te sirven para una comida o cena, y más pequeños los puedes utilizar como aperitivo o merienda.

-Puedes congelarlos ya preparados, sin hornear, y sacarlos cuando te hagan falta. Los metes en el horno sin descongelar, a 200º.

-El queso Roquefort puedes sustituirlo por queso azul o de Cabrales, como la cantidad que se utiliza es poca no queda fuerte, aún así, si quieres un sabor más suave emplea un manchego semicurado o similar. Si es para niños mejor haz los hojaldres con 2 o 3 quesitos.

-El hojaldre cómpralo en láminas rectangulares o cuadradas y utilízalo como te indican en el envase.

-Ten cuidado con la sal, pues el queso y el bacón ya aportan sal y sabor.

-Añade la yema cuando el relleno este tibio para que no se cuaje.

Ingredientes para cuatro personas

300 Gr. de filetes de pollo.

100 Gr. de bacón.

50 Gr. de queso Roquefort.

Hojaldre congelado.

2 cucharadas de harina.

¼ l. de leche.

2 cucharadas de mantequilla.

1 yema.

1 huevo batido para pintar el hojaldre.

Sal, pimienta, nuez moscada en polvo.

Modo de cocinar

Corta el pollo y el bacón en cuadraditos de 1 cm.

Derrite la mantequilla en una sartén a fuego suave, añade el pollo y el bacón y saltéalos hasta que se doren muy ligeramente, espolvorea la harina y deja que se haga unos minutos moviéndola hasta que se tueste. Incorpora un poco de leche y remueve bien, sigue echando más leche hasta terminarla, deja cocer 10 minutos sin parar de mover, añade el queso roquefort, la pimienta y una pizca de nuez moscada, mezcla bien y prueba por si tienes que rectificar la sal.

Deja que se temple el relleno e incorpora la yema de huevo.

Precalienta el horno a 220º

Si la masa de hojaldre es gruesa estírala con el rodillo en una superficie con un poco de harina, que te quede de 2 a 3 milímetros.

Corta cuatro cuadrados de 20 Cm. y coloca en cada uno su parte correspondiente de relleno.

Para cerrarlo dobla las cuatro esquinas y presiona el punto de unión previamente humedecido con agua. Tienen que quedar perfectamente cerrados para que no se salga el relleno. Pinta la superficie con huevo batido e introduce en el horno, en la parte media, baja la temperatura a 200º y deja que se cuezan hasta que estén dorados.